A fuerza de entusiasmo y de disponibilidad, Felipe Rinaldi hizo crecer todo cuanto estaba en germen en su interior. Rinaldi jamás busca la consumación, el remate, el descanso final o parcial, sino solo, solo, intensificar la vida en el cauce de Don Bosco. Hay mucho de primitivo y de heroico en esta figura de titán. Quizá, sin este gran soñador, los salesianos desconocerían un poco más su propio y más profundo sentido.
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