«No miréis la vida desde el balcón, por favor: no os pongáis a la cola de la historia. Sed protagonistas». Este es el imperativo que el papa Francisco dirige no solo a los jóvenes, sino a todos. Una llamada fuerte e incisiva que compromete a cada persona para que no se quede inmóvil. Las dificultades del camino diario existen y existirán siempre, pero hace falta, para el papa Francisco, combatir la fragilidad, afrontar con valentía las debilidades y entrar en el juego. Nada de victimismo, sino fuerza y decisión: es el estilo comunicativo de Francisco. Un lenguaje directo, basado en el ejemplo.
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