Día tras día, Don Bosco se preocupa de los jóvenes pobres de la ciudad de Turín. Les da de comer, les enseña y juega con ellos. Pero muchas veces esto le produce un gran dolor en su corazón cuando la falta de educación de los chicos le da disgustos continuos. Don Bosco no se deja desanimar con facilidad...
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