En el fondo de cada persona hay un deseo de felicidad, que tiene diversos nombres: vida, paz, gozo, salvación... En el Antiguo Testamento, vemos cómo Yahvé se preocupa por su pueblo, pero tenemos que esperar la llegada de Jesucristo para entender en su plenitud el significado de la felicidad.
Las Bienaventuranzas, están al inicio de la predicación de Jesús y se ofrecen como el programa de la felicidad cristiana.
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